Una librería que siempre me gustó fue Miessner. Estaba en la calle Diego de Leon con Serrano en Madrid. Era limpia, silenciosa y la atendía mujeres en exclusiva con la señora Miessner que era quien escogía las novedades y recibía a los corredores antes de las 11 de la mañana. Ya no existe. Hace mucho tiempo que cerró y en su lugar pusieron una tienda de modas o una sucursal bancaria.
También me gustaba mucho la librería Pérgamo. Su dueña era Lourdes que era (y sigue siendo) muy simpática y te daba mucha conversación y el encargado, Antonio que sabía un montón de libros, era amable y eficiente. Hay una página Web donde escritores famosos hablan de sus librerías preferidas. Este es su enlace: http://www.elcultural.es/version_papel/LETRAS/4047/Las_mejores_librerias.